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[325]​ Iturbide reveló a los capitanes Quintanilla, Manuel Díaz de la Madrid y José María González. El tesina que tenía pensado consistía en derrotar rápidamente a los insurgentes para luego realizar la proclama del que se apetecería Plan de Iguala. Para realizar con celeridad sus intenciones, solicitó al virrey la ayuda del cuerpo de caballería de Frontera, incrementando su tropa a dos mil quinientos efectivos.[326]​ Durante estos díFigura el coronel Juan Davis Bradburn abandonó a los insurgentes para unirse a las fuerzas de Iturbide. Este marcial, que había llegado en la expedición de Xavier Mina, había rehusado obedecer las órdenes de fusilar a un grupo de realistas; al conocer la causa de su deserción, Iturbide no dudó en aceptarlo. El 22 de diciembre dio inicio la campaña contra las tropas de los insurgentes.[327]​

El día 16 de septiembre de 1821 desde Tacubaya, O´Donojú anunció la terminación de la guerra. Iturbide publicó una proclama invitando a la población a reunirse bajo las banderas de la libertad para que así participasen de los beneficio de la victoria.[391]​

De Reverso en la caudal, el 15 de septiembre, Novella hizo manifiesto el examen de O'Donojú como nuevo jefe político superior. Se giraron órdenes para liberar de prisión a los simpatizantes de la independencia, se restableció la arbitrio de prensa y se permitió el atrevido tránsito de acceso a la ciudad.

[300]​ Tras la derrota, Torres se unió con Miguel Borja y con un pequeño grupo de trescientos hombres reconoció como única autoridad a Ignacio Ayala, pero su fuerza fue perseguida y dispersada por el coronel Márquez Donayo. Torres fue desaseado por la get more info decano parte de sus seguidores y finalmente murió durante una riña con un subalterno. Mientras tanto, la Junta de Gobierno fue nuevamente sorprendida el 10 de junio, siendo capturados y fusilados por el capitán realista Tomás Díaz, José Pagola y el secretario José Bermeo. Sánchez Arriola y Villaseñor huyeron a la hacienda de las Balsas, en donde se establecieron bajo la protección de Vicente alborotador. Mariano Ruiz de Castañeda fue afamado vocal de la nueva Concilio.[301]​ Vicente Guerrero como general en patrón de las tropas del sur[editar]

Desde luego que Calleja esperaba vencer con facilidad a los insurgentes, sobre todo estando en superioridad numérica y siendo los rebeldes un puñado de guerrilleros sin instrucción militar —o al menos, esto era lo que pensaba el futuro virrey de la Nueva España—.[153]​ De esta forma inició el Sitio de Cuautla; misma suerte estaban padeciendo el padre José María Sánchez de la Vega y Vicente alborotador, pero en la Batalla de Izúcar, bajo el asedio de los realistas Ciriaco del llanada y José Antonio Andrade.[154]​

La Intendencia de Yucatán por su lado, que dependía en lo judicial del virreinato de la Nueva España, Cuadro gobernada por Juan María Echéverri. Este, al enterarse de los movimientos independentistas de Tabasco, convocó en Mérida a la diputación provincial y al Cabildo a una reunión para animarse la postura a tomar.

Al día próximo, Morelos fue célebre Militarísimo de las fuerzas insurgentes y titular del poder Ejecutante. Sería llamado alteza, pero rechazó este título adoptando el de siervo de la Nación.[204]​

En ese entonces, Rubio decidió descabalgar del decorado para poder cantar con su sabido el tema "Nena". Entre todo el caos que se formó, la cantante interrumpió repentinamente la música para denunciar la presunta acometida de la que había sido víctima por parte de un Número, a quien además le recriminó por faltarle al respeto, en punto de protegerla.

Estos declararon nulas las decisiones tomadas en México y se declararon adherentes a las juntas de España. Asimismo, el Comunidad de Querétaro —conformado en su ancianoía por europeos— decidió retractarse del apoyo prístino ofrecido.[41]​ El día 27 de agosto, la Inquisición de México publicó un edicto, declarando "heréticas y sediciosas" las proposiciones que atacaban a la autoridad divina de los reyes y que proponían la "herejía de la soberanía del pueblo".[42]​

Mientras los efectivos insurgentes habían disminuido considerablemente, en ese estado de cosas, las fuerzas realistas superaban los cuarenta mil efectivos. En la División de México el propio virrey Félix María Calleja contaba con dos mil seiscientos hombres; el coronel Manuel de la Concha en Apan tenía mil quinientos diez, el coronel Alejandro Álvarez de Güitán en la sección de Huejutla ciento cincuenta y individuo; el brigadier Ciriaco del Llano en el Ejército del Sur contaba con seis mil seiscientos noventa y nueve; el mariscal de campo José Dávila en la División de Veracruz tenía seis mil cuatrocientos ochenta y dos; para la defensa de convoyes, el coronel Francisco Hevia contaba con novecientos sesenta y ocho; el coronel Cosme de Urquiola en la Isla del Carmen tenía trescientos treinta y nueve; el coronel José Gabriel de Armijo en la División de Acapulco contaba con dos mil seiscientos cincuenta y un efectivos; en Toluca, el teniente coronel Nicolás Gutiérrez tenía doscientos ochenta y dos; en Ixtlahuaca el coronel Matías Martín y Aguirre, setecientos ochenta y siete; en Tula, el coronel Cristóbal Ordóñez, ochocientos ochenta y ocho; en Querétaro, el brigadier Ignacio García Rebollo, novecientos noventa y individuo; el Ejército del meta comandado por el coronel José Castro, tres mil ochocientos tres; el Ejército de Reserva del mariscal de campo José de la Cruz contaba con tres mil trescientos sesenta y tres; la División de las Provincias Internas de Oriente al mando del brigadier Joaquín Arredondo, tres mil novecientos ochenta y siete; la División de las Provincias Internas de Poniente al mando de mariscal de campo Bonavia, doscientos setenta y nueve; en la Antigua California, el capitán Argüello contaba con ciento nueve y en Nueva California el teniente coronel Pablo Sola tenía tres mil seiscientos cinco hombres.

Ese mismo año, la República mexicana se integró por diecinueve estados (Yucatán argumentaría más tarde su incorporación como república federada), cinco territorios y un distrito federal.[405]​ Exposición de imágenes[editar]

La Positivo Audiencia de México informó a la Reunión de Sevilla acerca de los acontecimientos, argumentando que el "pueblo enardecido" había sido el responsable del derrocamiento del virrey. El nuevo gobierno virreinal envió cartas a la Suprema Junta de Sevilla reconociendo su soberanía.

Los jefes insurgentes siguieron operando de forma independiente. En Orizaba, Ignacio Couto fue rechazado por el coronel José Ruiz durante los primeros meses de 1817, su Agrupación de setenta y cinco hombres fue obligado a replegarse a Palmillas en donde fue sitiado durante todo el mes de julio por el coronel Santa Marina. Los insurgentes intentaron escapar pero fueron capturados y fusilados en Huatusco y Orizaba. Couto fue llevado a Puebla para ser ejecutado, pero logró evadir la prisión con la ayuda José Manuel de Herrera; sin bloqueo, no regresó a las armas oportuno a que a él, y a su hermano José Antonio, se les concedió el indulto meses más tarde. Adicionalmente, las guerrillas de Nautla, comandadas por Serafín Olarte, fueron derrotadas por completo por Carlos María Llorente.[292]​ Al caer estas posiciones, Guadalupe triunfo, en zona de indultarse, prefirió refugiarse en la zona de Jamapa y no volvió a aparecer en decorado hasta 1821.

Durante el mes de junio, en las Cortes se debatió la posibilidad de expedir a América un infante de España para administrar y ganar la autonomía deseada, pero Fernando VII se opuso al proyecto pues temía que esta medida podría desembocar en "llevarle a la guillotina". Una propuesta alternativa fue presentada por José María Couto, la cual pretendía que algunos diputados de la tiempo de Nueva España aún ejercieran sus funciones en el Parlamento español, pero simultáneamente llegaron las informativo del estallido del movimiento independentista iniciado en febrero y del Plan de Iguala.

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